Ser Joven es Ser Yo Mismo

on lunes, 23 de abril de 2012
Como unidos por el viento o conectados por el sol. Casi como si sólo las miradas bastaran para forjar lazos indestructibles. Mitad en la tierra, mitad volando. Vagando de alegría en una dimensión sólo conocida cuando ahí estamos: juntos. Todos dejamos de ser lo que aparentamos para empezar a ser lo que somos. No hay máscaras ni disfraces. Creemos en lo que somos porque creemos en lo que hacemos. Y seguimos, caminando creyendo. Creyendo mientras caminamos. Creemos en lo que somos cuando nos compartimos, cuando nos entregamos, cuando nos ofrendamos en el tesoro del tiempo que se invierte en amor. Creemos en lo que sentimos, en las incontenibles ganas de abrazarnos cinco veces en un minuto, en las risas desmedidas, esas que se escapan cuando no hay filtro de la razón ni inhibiciones del miedo al ridículo. En las lágrimas que empañan nuestros ojos, cada vez que el corazón explota de sentimientos que ya no quieren contenerse. En el mundo que vemos cuando decidimos mirar todo con los ojos del alma, cuando descubrimos que ese otro mundo es real y está más cerca de lo que podemos imaginarnos. Creemos en lo que podemos, en que juntos somos una fuerza que no conoce de imposibles ni inalcanzables, porque ahí estamos cuando alguno tropieza, tomando su mano para arrancar de nuevo. Creemos en lo que nos trasciende, en ese Dios que no se cansa de mostrarnos el camino, que nos regala el milagro de la plenitud en cada instante que lo abrazamos, que nos confía su amor pese a nuestras dudas, que nos agasaja con su confianza pese a nuestras faltas. Creemos porque necesitamos creer y porque creer es lo que nos da vida. Creemos. Confiamos. Tenemos fe. Ser Joven es el único espejo que refleja mi alma, que conoce el verdadero combustible que da riendas sueltas a mi felicidad, que saca mi niño interior y lo deja ahí… expuesto e incontenible, con impulso y desparpajo, con amor… y con ganas de amar. Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos… Somos lo que somos haciendo lo que sentimos… Somos, al fin y al cabo, el SÍ que se renueva cada momento que compartimos juntos.